La primera red social creada en el mundo por allí 1997 era americana y se llama SixDegrees. Era el siglo pasado y aún acostumbrábamos a utilizar la comunicación física más que la comunicación virtual. La telefonía móvil era más sencilla y solo disponíamos de un servicio SMS para comunicarnos mediante mensaje de texto con quien quisiéramos, a parte de utilizar las llamadas de toda la vida.
Yo estoy formándome para llegar a ser un buen experto en redes sociales, social media o como lo queráis llamar, pero he de deciros que fue el comienzo de un declive comunicativo y social en todo el mundo.
Facebook, Twitter, Tuenti, Instagram, Foursquare, Google+, Whatsapp y Line (estas dos últimas en cuanto a mensajería instantánea) pueden llegar a hacer mucho daño a todo aquel, y a su entorno, si no se manipulan y se combinan de la manera correcta. No vengo a hablaros de marketing ni de como gestionar una red/foro de usuarios de una empresa, vengo a hablaros del aspecto más social.
Y es que alguien que no sepa combinar la realidad virtual de la realidad de "carne y hueso" está totalmente vendido a que tarde o temprano, al comunicarse o relacionarse con alguien, caiga en un profundo pozo.
¿Y esto porqué? Bien, pongámonos en situación.
Imaginad que comenzáis a comunicaros con un amigo, con vuestra pareja, con algún familiar mediante alguna red social o algun tipo de mensajería instantánea. Al iniciar la conversación con un "Hola" éste se puede interpretar de muchas maneras y no me lo vais a negar. Puede interpretarse como que esa persona está bien, está enojada conmigo, está preocupada o tiene algún problema, cuando en realidad está en el más sano equilibrio psicológico.
Pero no todo es malo en cuanto a este tema. Si las redes sociales aportan algo bueno además de estar comunicados las 24 horas del día, es que es muy fácil de intuir el feedback o el interés que tiene una persona con otra. Y es que más al alcance comunicativo no se puede estar.
La parte negativa tiene una solución y es el aprender a comunicarse correctamente con quien queramos, sin caer en la trampa de utilizar solo la mensajería instantánea.
La solución y mi consejo, es que sigamos utilizando las redes sociales y todo lo que esté a nuestro alcance para comunicarnos, pero no perdamos aquella sana costumbre de llamar por teléfono o incluso enviar una carta.
